La enseñanza debe ser racional, debe ser lógica, se ha dicho. Y tal principio es el punto de partida de toda orientación didáctica moderna. Por ello, en lo que se refiere a la enseñanza del idioma, los intentos han sido muchos y la preocupación casi permanente en eso de lograr normas precisas que favorezcan el alcance de un aprendizaje verdaderamente eficaz. Es cierto que, por lo menos en nuestro medio, no hemos ido más allá de los viejos moldes, tan gastados, de la antigua enseñanza