Este artículo intenta analizar la presencia del demonio en la obra de Quevedo. En la mayoría de las ocasiones en las que aparece, muestra con precisión y brevedad un aspecto determinado que al escritor le interesa para detallar, realzar o intensificar una idea, una acción o un personaje. El autor distingue las siguientes características: el demonio rebelde (caracterizado también por el término "comunero>)), el demonio tentador, el demonio destructor, el demonio burlesco y diferentes figuras diabólicas entre las que destacan la sátira de oficios y la identificación del demonio con la herejía y los judíos.