La elección de El Criticón de Baltasar Gracián en esta ocasión se debe ante todo al hecho de que fue la obra maestra que estudié bajo la guía de Alessandro Martinengo, mi director de tesis en la Universidad de Pisa, entre 1994 y 1995. Como en un círculo que se abre y se cierra a distancia de más de 25 años, presento en este artículo una reflexión sobre la novela graciana desde una óptica traductológica gracias al primer proyecto de traducción al italiano de toda la producción del jesuita aragonés (editorial Bompiani), en el cual participo con un pequeño grupo de investigadores italianos. Partiendo del perspectivismo que en El Criticón alcanza su valor máximo gracias al punto de vista contrario de Critilo y Andrenio —los dos peregrinos de la vida, protagonistas del viaje novelesco— se pone el acento sobre la dificultad de trasladar al italiano contemporáneo un lenguaje múltiple, dilógico y antitético, salvaguardando asimismo el estilo concentrado y lacónico del autor, así como la intensificación máxima del conceptismo del cual Gracián resulta contemporáneamente teorizador y usuario. La crisi que elegimos (Honores y horrores de Vejecia), la primera de la tercera parte de la novela, nos permite también hacer un cotejo con las únicas dos traducciones al italiano preexistentes (una primera, barroca, que firma Cattaneo en 1685 y la segunda de Serpentini, publicada en 2008), elaborando a veces soluciones alternativas de traducción, posiblemente más respetuosas y coherentes con respecto al prototexto graciano.
The choice of Baltasar Gracián’s El Criticón for this article is due to the fact that it was the mas-terpiece that I studied under the guide of Alessandro Martinengo, my thesis supervisor at the University of Pisa, between 1994 and 1995. As in a circle that opens and closes over a distance of more than 25 years, in this paper I present a reflection on the Gracian novel from a translatological point of view, thanks to the first project of translation into Italian of the whole production of the Aragonese Jesuit (Bompiani publishers), in which I am working with a small group of Italian researchers.Starting from the perspectivism that in El Criticón reaches its maximum value because of the opposite point of view of Critilio and Andrenio (the two pilgrims of life, protagonists of the novel), the emphasis is placed on the difficulty of translating into contemporary Italian a multiple, dilog-ical and antithetical language, while preserving the concentrated and laconic style of the author, as well as the maximum intensification of the conceptualism of which Gracián is a theorist and a user. The crisi we have chosen (Honores y horrores de Vejecia), the first of the third part of the novel, also allows us to make a comparison with the only two pre-existing Italian translations (a baroque one signed by Cattaneo, in 1685, and a second one by Serpentini, published in 2008), sometimes elaborating alternative translation solutions, possibly more respectful and coherent with the Gracian prototext.