Antoni Maestre Brotons
La poesía de Pepe Sales (Barcelona, 1954-1994) está marcada por su experiencia como homosexual, drogadicto y enfermo de sida. Miembro destacado de la generación de la contracultura como Pau Riba, Pau Malvido o Genís Cano, ha pasado a la historia como uno de los «poetas malditos» de la literatura catalana contemporánea. El objetivo de este artículo es analizar la representación del dolor y sufrimiento en sus poemas y canciones, con alguna referencia también a sus pinturas. Para ello, a partir de la obra crítica de Susan Sontag, Sara Ahmed, David Le Breton y Joanna Bourke, se adopta una concepción del dolor, no como una experiencia privada y personal, sino como un fenómeno cultural e histórico que crea identidad y lazos comunitarios. Las principales estrategias empleadas por Sales para expresar el dolor son el grito, la animalización, el arma y la herida y, especialmente, el martirio religioso. La conclusión básica es que el dolor del poeta no solo da testimonio del sufrimiento de una generación perdida de drogados y colgados (que la historia oficial de la transición ha estigmatizado), sino que nos recuerda constantemente las injusticias de un sistema médico, político y económico que les causaron sufrimiento a lo largo de su vida.
The poems of Pepe Sales (Barcelona, 1 954 - 1 994) are marked by his experience as a homosexual, drug addict and AIDS sufferer. He was a key member of the Barcelona counterculture, along with Pau R iba, Pau Malvido and Genís Cano, and has gone down in history as one of the poètes maudits of contem porar y Catalan literature. The aim of this article is to analyse the representation of pa in and distress in his poems and songs, with some additional refer e nces to his paintings. To this end, I draw on the critical work of Susan Sontag, Sara Ahmed, David L e Bre ton and Joanna Bourke, who conceive pain in general, not as a private and personal e xperience, but as a cultural and historical event that creates ide n tity and community bonds. The main strategies used by Sales to convey his pain are the scream, anima lisat ion, weapons and wounds , as well as , especially, the scar or the religious stigma.
The basic finding i s that the poet’s pain is not simply a testim ony to the s uffering of a lost generation of junkies and misfits that the official account of the transition fro m Fra ncoism to democracy has stigmatised. On the contrary, it reminds us of an unfair med ical, poli tical and financial system that inflicted gre at s uffering on them.