Magdalena Cámpora
En 1948, Clásicos Jackson edita en Buenos Aires una selección de los Ensayos de Montaigne. Ezequiel Martínez Estrada es el traductor, antólogo y autor de una introducción de noventa páginas que reeditará luego, sin modificaciones, en Heraldos de la verdad (1957), bajo el título “Montaigne, filósofo impremeditado y fortuito”. Allí Martínez Estrada, lector de Bergson, de Dilthey y de Driesch, convierte al escéptico y melancólico Montaigne en filósofo vitalista, intuitivo y autodidacta, en consonancia con el esquema de autorrepresentación que había propuesto quince años antes en Radiografía de la Pampa (1933). Este trabajo analiza el modo en que esta “operación Montaigne” legitima la tarea del ensayista argentino, en un momento en que se encuentra bajo el agudo escrutinio de sus pares
“Clásicos Jackson” published in 1948, in Buenos Aires, an anthology of Montaigne’s Essais selected, presented and translated by Ezequiel Martínez Estrada, with a ninety pages “Estudio Preliminar” that he would later republish, without any changes, in Heraldos de la verdad. Montaigne, Balzac, Nietzsche (1957), under the title “Montaigne, filósofo impremeditado y fortuito”. While mentioning contemporary authors such as Bergson, Dilthey and Driesch, Martínez Estrada converts the sceptical and melancholic Montaigne into a vitalist, intuitive, self-taught philosopher that mirrors the self-representation he himself had proposed fifteen years earlier in Radiografía de la pampa (1933). This paper examines the way in which this “operation Montaigne” legitimizes the work of the Argentine essayist, at a time when he is under the sharp scrutiny of his peers.