En este artículo se plantea que el ingenio de don Quijote viene dado por su carácter delirante, que, a su vez, lo hace más virtuoso, puesto que el delirio potencia la virtud de las acciones y aumenta el ingenio. Aquí se trata el asunto del temperamento colérico-melancólico; los artistas y genios son propensos a tenerlos, como el caso de Alonso Quijano, y se profundiza en la relación entre delirio o frenesí, virtud e ingenio. Su temperamento melancólico hace que o bien esté depresivo o bien sea un entusiasta, o, en palabras comunes, un loco. Y, al mismo tiempo, mientras su delirio no se active, es en general un hombre discreto. Respecto a otras emociones, don Quijote parece seguir las directrices aristotélicas respecto a la ira y su equilibrio con la razón. También expone la prudencia y la resignación como estandartes del caballero andante, que siempre aboga por la justicia y el bien.
This article argues that Don Quixote's ingenuity is given by his delusional character, which, in turn, makes him more virtuous, since delirium enhances the virtue of actions and increases ingenuity. Here is the matter of the choleric-melancholic temperament; artists and geniuses are likely to have them, as in the case of Alonso Quijano, and the relationship between delirium or frenzy, virtue and ingenuity is deepened. His gloomy temperament makes him either depressed or enthusiastic, or, in common words, a madman. And, at the same time, as long as his delusion doesn't kick in, he's generally a discreet man. Regarding other emotions, Don Quixote seems to follow the Aristotelian guidelines regarding anger and its balance with reason. He also exposes prudence and resignation as standards of the knight errant, who always advocates justice and goodness.