José Manuel Hidalgo
En este sentido, la "Novela del celoso extremeño" se caracteriza por la simiente artística de su autor que ofrece una historia novedosa que no responde a ningún patrón literario, sino más bien a su propuesta de ingenio.1 Así pues, Cervantes crea en la persona de Loaysa una entidad que agrada a los lectores por su apariencia y rasgos que le identifican con el momento histórico y social de la época. Pocos años después, se la estudia como un laberinto de alusiones mitológicas: el laberinto de Creta, el caballo de Troya, la música amansadora de Orfeo, el centinela Argos de los cien ojos, las manzanas doradas de las Hespérides y el adulterio de Martes y Venus (Goyanes 45-50). A su vez, Mayer ahonda en la cuestión del nombre "Quijote" y mantiene una elocuente relación etimológica entre este nombre y el de Homero según se presenta en las Etiópicas de Heliodoro, obra que Cervantes conocía bastante bien ("Notes on the Aethiopica" i68).4 Esta línea que estudia el peso de la Odisea en la producción cervantina muestra la adaptación que Cervantes hace de algunos personajes homéricos, por ejemplo el caso de la divina Atenea, diosa prominente en la Odisea y a quien enmascara en el personaje de la campesina Dorotea en la primera parte de Don Quijote (Vélez).5 A su vez, Cervantes en el prólogo de la primera parte de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha apunta por boca de un amigo ficticio a la hechicera Calipso de Homero como fuente a la que hay que seguir en el momento de colocar anotaciones al final del libro para con ello mejorar el texto. Y esta mesma regla corre por todos los demás oficios o ejercicios de cuenta que sirven para adorno de las repúblicas, y así lo ha de hacer y hace el que quisiere alcanzar nombre de prudente y sufrido, imitando a Ulises, en cuya persona y trabajo nos pinta Homero un retrato vivo de prudencia y sufrimiento" (1.25:303).