Kiraly (2000) afirma que existe un elevado grado de consenso sobre en qué consiste la competencia traductora, pero no sobre cómo se adquiere o se aprende. El presente trabajo tiene dos objetivos: interrogar la primera parte de dicha afirmación e indagar en un aspecto concreto de la segunda. En relación con la primera parte, tras una revisión de la literatura sobre el tema, se llega a la conclusión de que, en efecto, hay muchos puntos de encuentro entre las distintas definiciones de la competencia traductora, a veces enmascarados por las diferencias terminológicas. En cuanto a la segunda, se comparan el enfoque por tareas y el enfoque por proyectos, en tanto que métodos didácticos para el desarrollo de la competencia traductora, y se concluye que su aparente incompatibilidad desaparece sí existe una concepción teórica de base que los baga compatibles.