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Jack Martínez Arias
Las tragedias de los pueblos indígenas ante la irrupción del capitalismo en sus territorios han sido narradas con tono lúgubre en la tradición literaria andina. En contraste, el peruano Manuel Scorza emplea el humor y la ironía en Redoble por Rancas (1970). Además, esta novela también retrata los impactos de la industria minera en el medioambiente. Desde una perspectiva ecocrícita, este artículo se pregunta: ¿Por qué narrar las tragedias indígenas y ambientales con un tono de humor e ironía? ¿Qué tan distante es este tono de los utilizados por la vasta tradición indigenista? ¿Son el humor y la ironía mecanismos eficaces para representar la devastación del medioambiente?
