Existen una serie de alteraciones cognitivas que se engloban bajo el genérico de Síndrome de Dificultades de Aprendizaje No Verbal (SDANV), que se caracteriza por mantener prácticamente intactas o poco alteradas los aspectos verbales, mientras que quedan seriamente dañadas otro tipo de habilidades cognitivas como es el caso de la memoria, las psicomotricidad, las habilidades visoespaciales, entre otras.
Dentro de los aspectos verbales, parece ser que aspectos que tienen que ver con la pragmática están más alterados, y en general presentan el patrón típico de los lesionados del hemisferio derecho: problemas de interacción comunicativa, incapacidad de reconocer intenciones comunicativas y de establecer inferencias, no comprensión de bromas, ironías, sarcasmos, lenguaje literal. En el plano de la comunicación no verbal también presentan problemas, prosodia no ajustada al contexto y kinesia alterada por exceso o defecto. En este trabajo, describimos uno de esos SDANV, el síndrome de Williams (SW), que cursa con un patrón de comunicación no verbal doble: o exceso o parquedad de los recursos del paralenguaje y de la kinesia. Presentamos el caso de un adolescente con SW que, curiosamente, cursa con una grave disfasia expresiva y comprensiva, pero que conserva los recursos paralingüísticos que, aunque excesivos, es lo que le permite comunicarse de manera efectiva, mejorando su competencia "¿discursiva?". El caso es curioso puesto que las personas afectadas por el SW son hiperverbales y grandes conversadores, lo que no deja de ser curioso en un patrón que cursa con deficiencia mental. Además los recursos de la comunicación no verbal son los tradicionalmente considerados más alterados en este síndrome y en el caso que presentamos precisamente el efecto es el contrario, ayuda a establecer los intercambios comunicativos.