Introduciendo un panorama general sobre nuestra lengua en el siglo XVI, nos centraremos en la polémica establecida entre lingüistas de la misma fecha.
Por un lado, aquellos que defienden la incorruptibilidad de la lengua castellana frente a la continua introducción de préstamos lingüísticos de otras lenguas (principalmente italiana). Importantes sistematizadores del idioma (véase el caso de A. de Lebrija), considerando que nuestra lengua llegó a su punto culminante y ha de ser establecida, como la latina, en tratados (como la Gramática de Lebrija, 1492).
Otros, en los que se sitúa Juan de Valdés, defensores de un modelo de lengua en continuo cambio gracias al uso, frente a la sistematización de las gramáticas de la época, y la introducción de nuevos vocablos de lenguas europeas.
Pasaríamos a centrarnos en la figura de Dámaso de Frías, lingüista poco considerado hasta ahora y con gran importancia por sus teorías reflejadas en su Diálogo de las Lenguas. Acorde con la corriente en que se situaría Valdés.
Finalmente relacionaremos las ideas de éste acerca de la introducción de palabras provenientes de otros idiomas en el nuestro, como la defensa del uso del lenguaje siendo ley por la que se ha de regir el lenguaje y la visión contraria también reflejada en su diálogo; con el debate sobre la introducción de vocablos extranjeros en el castellano (principalmente anglicismos), como la vigencia de sus teorías acerca del uso aplicadas a la lengua actual.