City of Burlington, Estados Unidos
El presidente John F. Kennedy (1917-1963), que había recibido una educación católica tradicional, conocía bien tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. Debido a su agilidad mental recordaba pasajes bíblicos hasta tal punto que los incluía con una frecuencia notable en sus mensajes orales y escritos. Estaba especialmente familiarizado con la sabiduría proverbial de la Biblia y era muy dado a citar en el ámbito nacional e internacional estos proverbios sapienciales en sus polifacéticos mensajes. Los proverbios bíblicos aportaban considerable autoridad y didactismo a su retórica, y no cabe duda de que este lenguaje bíblico también añadía cierto elemento profético a sus razonamientos y explicaciones. Aunque era una persona intelectual con estudios en la Universidad de Harvard, recurría a los proverbios bíblicos y refranes populares para comunicarse eficazmente con la población estadounidense, así como con las personas con las que se relacionaba en sus viajes fuera de su país. Al ser un orador exquisito, era muy consciente de la expresividad metafórica de estos proverbios, que le ayudaban a explicar su esperanzadora visión de un futuro más pacífico y humano, no solo para Estados Unidos, sino para toda la humanidad.
Having experienced a traditional Catholic upbringing, President John F. Kennedy (1917-1963) was well versed both in the Old and New Testaments. His keen mind recalled Biblical passages to such a degree that he included them with impressive frequency in his oral and written messages. He was especially familiar with the proverbial wisdom of the Bible and quite eager to cite these wisdom sayings in his multifaceted messages on the national and international scene. The Bible proverbs provided considerable authority and didacticism to his rhetoric, and there is no doubt that this Biblical language also added a certain prophetic element to his arguments and explanations. Even though he was an intellectual with a Harvard University education, he relied on Bible and folk proverbs to communicate effectively with the American population as well as with people he dealt with on his travels abroad. As a most capable wordsmith, he was well aware of the metaphorical expressiveness of these proverbs that helped him to explain his hopeful vision of a more peaceful and humane future not just for the United States but for humankind throughout the world.