Miguel Gomes
El objetivo de este trabajo es describir cómo en la obra de Domingo Faustino Sarmiento se evidencia el afianzamiento del lenguaje que desde mediados del siglo XIX adoptó en Hispanoamérica el proyecto de formación racial cientificista, o "raciología", como Paul Gilroy prefiere denominarlo (11-12). Un examen de los mecanismos verbales de representación será útil para confirmar, por una parte, la artificiosidad de lo postulado como verdad y, por otra, la complicidad que en la forja de esa ilusión han tenido algunos escritores. La selección en particular de Sarmiento se justifica por haber pertenecido a círculos literarios, políticos, militares, educativos y científicos, y porque, si tendió durante algún período a identificarse más con uno de ellos, cultivó siempre las relaciones con los otros como factor imprescindible de su imagen pública. Siendo uno de los mayores "importadores de discursos" del macrocampo cultural hispánico (Ramos 36), su multifacetismo y prestigio internacional aseguraron la difusión de lo importado. Su obra es además relevante debido a que en ella se advierte una transición para nada conflictiva entre dos paradigmas racialistas, el colonial y el poscolonial-o, más bien, neocolonial, puesto que la raciología en el caso hispanoamericano está sujeta a la paradoja cultural decimonónica retratada por Carlos Alonso: presas de una modernidad deseada y a la vez sentida como carga, en el preciso momento en que los intelectuales de la región reclamaban autonomía para su pensamiento también acudían a una retórica que reforzaba los mitos de superioridad de las metrópolis (173)-. En los escritos de Sarmiento se corrobora que la "ciencia" de entonces, menos que combatir, asimiló y resignificó ideologemas previos al Iluminismo y a la Independencia.