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Este artículo pone el acento en las propuestas económicas presentes en el programa oficial de los comuneros. No en balde, en este terreno, y más claramente aún en el ámbito hacendístico, fiscal y financiero, las ciudades en rebeldía manifestaron un conjunto de proposiciones que bien podrían calificarse de revolucionarias. De ese programa de reformas formaba parte asimismo la defensa a ultranza del patrimonio real, conscientes los comuneros de los perniciosos efectos que de su enajenación se derivaban. Precisamente en torno a esta cuestión, que se pretende esclarecer, gira el contenido esencial de este artículo, en el que se analizan también las consecuencias que de cara a la conservación futura de dicho patrimonio tuvo la derrota de Villalar.
