Las ediciones de Arévalo tienen el objetivo de revalorizar las obras de la cristiandad hispana. Entre ellas, Arévalo publica la edición de Sedulio, poeta de patria desconocida. Bajo el argumento de que Sedulio es el mejor imitador de Juvenco, hispano recientemente editado por él, Arévalo incluye a Sedulio en su plan editorial. En este trabajo se ofrece un estado de la cuestión sobre la patria del poeta y se destacan paralelismos en ambos poetas, concluyendo así que Sedulio merecía la dignidad de ser editado en un programa de revalorización de la poesía cristiana hispana por ser imitador de Juvenco.