Artemio López Quiroz
Emperatriz en letras, no sólo en el espacio geográfico de la Américavirreinal, sino en el tiempo, ¿qué lector del barroco novohispano hadejado de recordar el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz; y máscuando, en este año, se cumplieron trescientos de su fallecimientoen una celda que -hasta aquel fatídico 17 de abril de 1695- lo mismo había sido escenario de prácticas ascéticas, que depósito deinnumerable sapiencia?