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La investigadora hace un estudio sobre la vida y obra del geógrafo y etnólogo Isidore Löwenstern, con base en las huellas que dejaron autores mexicanos como Victoriano Salado Álvarez, José María Tornel e Ignacio Manuel Altamirano. El cronista austriaco, como la mayor parte de los viajeros, no fue un escritor profesional, sus narraciones son testimonio de su viaje alrededor del mundo. El volumen dedicado a México es el más extenso de su producción y se caracteriza por su rechazo a la vida y la cultura mexicanas. Lo que hace singular a este cronista es el hecho de ser el representante más extremo (hasta llegar casi a lo risible) de la crítica negativa sibre México entre los viajeros de su época y, en segundo lugar, su condición de vocero de una ideología tendiente a instaurar en México una monarquía europea. Proyecto que se llevará a cabo veinte años después de la publicación de su libro Recuerdos de viaje.
