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Enrique Flores Esquivel
Las Décimas de la vida de San Francisco constituyen un ejemplo magnífico del vínculo que existe, en el siglo XVIII, entre la imagen verbal y la pictórica, el oído y el ojo, la poesía oral y la mural. Entrelazan una forma frecuentada por los aficionados a la improvisación oral -decimeros actuales y poetas repentinos o repentistas de los siglos XVI al XIX- y una pintura popular que recuerda a los pintores de feria o imagineros. Su estilo popular admite en préstamo más de una fórmula de los romancistas, y se abastece en la marginalidad de la poetica de la ars predicandi.
