Silvia Saavedra Rodríguez, Rayco H. González Montesino
Los intérpretes de lenguas orales consideran el trabajo hacia su lengua materna como la dirección más fácil y preferida. Sin embargo, diferentes estudios que abordan esta temática en la interpretación de lenguas signadas concluyen que la mayoría de sus profesionales prefiere trabajar en la dirección inversa, aunque no sea su lengua materna. Con el objetivo de comprobar si este fenómeno también ocurre con las intérpretes de la lengua de signos española (ILSE), se realizó un estudio exploratorio-descriptivo de tipo cuantitativo mediante un cuestionario, que contó con la participación de 101 profesionales. Entre los principales resultados se observa que, al igual que en otras lenguas de signos, los ILSE muestran preferencia en la interpretación hacia la lengua signada, y su calidad autopercibida presume mejor en esa dirección. Aunque no cabe duda de que ambos tipos de interpretación ofrecen diferentes desafíos a cualquier intérprete, es indiscutible que esta tendencia opuesta que afirman tener los de lenguas signadas deja patente la necesidad de abrir líneas de investigación que ayuden a entender el porqué de esa preferencia y permitan analizar si existe concordancia entre esta y el rendimiento real en la interpretación.
Oral language interpreters consider working towards their mother tongue as the easiest and most preferred direction. However, different studies that address this issue in sign language interpreting conclude that most of its professionals prefer to work in the opposite direction, even if it is not their mother tongue. In order to check whether this phenomenon also occurs with Spanish sign language interpreters (ILSE), an exploratory-descriptive quantitative study was carried out by means of a questionnaire with the participation of 101 professionals. Among the main results, it is observed that, as in other sign languages, ILSEs show a preference for interpreting into the signed language, and their self-perceived quality is presumed to be better in that direction. Although there is no doubt that both types of interpreting offer different challenges to any interpreter, it is indisputable that this opposite tendency that sign language interpreters claim to have makes clear the need to open lines of research to help understand the reason for this preference and to analyze whether there is a concordance between this preference and the actual performance in interpreting.