Eric Macphail
Don Quijote es un buen ejemplo del fenómeno de llegar a deshora, como se puede ver de su tendencia a hablar antes de tiempo. Sus muchas jactancias y promesas prematuras pueden leerse como parodia de la profecía épica, a la vez que su uso peregrino de los tiempos verbales sugiere las fallas o límites de la temporalidad épica. Hay que ver las reflexiones cervantinas sobre el tiempo narrativo dentro del contexto más amplio de la aparición de un nuevo sentido de la historia en el alba de la modernidad. Este nuevo sentido de la historia halla su equivalente ficticio cuando don Quijote escarmienta con el alto coste de hablar antes de tiempo.