Anthony J. Close
En este artículo me ocupo de la auto-imagen amistosa proyectada por Cervantes a través de sus textos reflexivos, mayormente los prólogos y el Viaje del Parnaso, considerándola como una estrategia retórica empleada para suavizar el impacto de la sátira literaria. En particular, me centro en los motivos psicológicos de la agresividad polémica que preside la primera parte del Quijote, y que se deriva fundamentalmente del rechazo a las composiciones dramáticas de Cervantes que éste padece al volver a su ¿antigua ociosidad¿ (poco antes de 1600). Este revés provocaría el conocido y sólo aparente complejo de inferioridad que Cervantes ostenta con respecto a sus dotes poéticas, y, unido a su sed de fama después de años de anonimato literario, desencadenaría el rencor derramado sobre libros de caballerías, Lope de Vega y su escuela, autores de comedias, y demás obstáculos a su ambición y vanidad frustradas. En los textos reflexivos que siguen al triunfo de 1605, Cervantes recapacita la epopeya de sus amarguras, reveses y logros en una actitud de irónica serenidad, en que van entremezclados el orgullo, la auto-crítica, y una nueva benignidad para con sus rivales literarios. El Viaje del Parnaso es fruto de este examen de conciencia.