Juan Bautista Avalle-Arce
Aunque la crítica de un buen número de generaciones calificaba el Persiles como del ¿otro¿ Cervantes, intimando uno no de la calidad del que escribió el Quijote, varios críticos de los últimos años le conceden, como su autor mismo, un alto valor. A la vez que escribía el novelístico Quijote, escribía Cervantes también el muy distinto Persiles, del que se enorgullecía por sus cualidades épicas y alegóricas. Los dos temas tradicionales de la alegoría que enmarcan la estructura del Persiles son la gran cadena del ser y la peregrinación. Conjuntamente les imparten orden, unidad y significado a las aventuras ¿a primera vista tan caóticas¿ de la pareja central. Hasta el prólogo ¿lo último del libro en escribirse¿ es alegórico y establece una visión de la vida de Cervantes como una peregrinación que llega a su final al entrar el autor en un Toledo que representa morirse dentro de la fe católica. Es impresionante que tan cerca a la muerte Cervantes quien también pasó por muchos trabajos, haya echado la vista atrás sobre su vida viéndola toda como una alegoría, por todo lo que sugiere el concepto de intención, rumbo y consumación.