Stephen H. Lipmann
Los comentaristas del final de El celoso extremeño no se han enfocado en la modificación del testamento de Carrizales a la luz del esfuerzo de Leonora para vencer a Loaysa. A la larga esta muestra de libre albedrío pone de relieve la incomprensión de Carrizales y la pertinacia de sus celos. Al modificar su testamento Carrizales intenta hacerse un ejemplo. Esta tentativa de imponer una ejemplaridad sobre unos hechos malentendidos corre parejas con la moraleja superficial del narrador al final. Además, Carrizales en efecto propone un nuevo final para la historia de su matrimonio, pero se resume esta historia en el ¿triste espectáculo¿ de marido y mujer desmayados con los rostros juntos, un cuadro vivo labrado por el autor.