La Gitanilla es una obra que la crítica tradicionalmente clasifica como una de las novelas ejemplares ¿idealizadas¿ de Cervantes. A pesar de esta tendencia exegética, un escrutinio de los temas, las situaciones, la estructura de la obra revela que hay fuertes notas irónicas que desmienten su concepción idealizada. En ella, Cervantes pinta un mundo idealizado solamente en la superficie. El resultado es una visión problemática de la realidad llena de ambigüedades y dilemas morales. En La Gitanilla hay un desplazamiento estético más hacia la novela moderna, la cual se caracteriza por la representación de una realidad problemática, que hacia la narrativa del romance, género típicamente idealizado.