En 1519, cuatro años después de la muerte de Aldo Manuzio, sale a la luz en el mismo taller veneciano, dirigido entonces por Andrea Torresani, unos Commentarii de Julio César, considerados habitualmente una mera réplica de la primer edición aldina de 1513, preparada por el humanista Giovanni Giocondo para Aldo Manuzio. El objeto de este artículo es analizar las peculiaridades de la forma textual de esta edición de 1519. La presunta identidad entre una y otra se ha mantenido desde las primeras tentativas de estudios críticos en el s. XVIII hasta las ediciones modernas. Sin embargo la colación y análisis de ambas ediciones nos ha permitido comprobar que, bajo la aparente similitud formal entre ellas, existen diferencias textuales significativas cuyo origen y sentido se pretende esclarecer en este trabajo. La edición de 1519 tiene una gran relevancia porque refleja una de las formas textuales predominantes de la obra de César que se difunde en la mayoría de las ediciones humanísticas posteriores del s. XVI.