Este artículo se propone analizar las peleas de gallos como diversión pública en la Lima del último tercio del siglo XVIII. Las peleas de gallos, al igual que los juegos de naipes, la lotería y las corridas de toros, se convirtieron en una diversión controlada por las autoridades públicas, e incluso tuvieron su propia sede, la Casa de gallos o Real Coliseo. Así, las riñas de gallos dejaron de ser una práctica prohibida o semilegal. Lo que planteamos es ¿cómo se convirtieron las peleas de gallos en Lima, a partir de 1762, en una actividad de ocio y en un negocio que enriquecía las arcas de la Real Hacienda, pero que también tenía una finalidad social?