En 2022, tras más de diez años de estudio y de cavilaciones, publiqué los frutos de mi investigación sobre el fantástico español del xix en el libro titulado Los conjuros del asombro. No solo me motivaba una reconsideración sobre la aportación española a este género y categoría estética (híbrido descendiente de realismo y preternaturalismo en contextos ideológicos post-ilustrados). Más allá de una atracción personal por lo maravilloso y lo imposible, lo fantástico me seducía como punto de entrada para el cuestionamiento profundo de determinadas herencias e inercias que, a mi juicio, perpetuaban una autoestigmatización o subordinación de nuestras literaturas. En suma, lo fantástico constituía un espacio privilegiado para reevaluar los modos en los que analizamos y evaluamos determinados capítulos de la historia literaria en lengua española como es el xix hispánico.