Iván Fernando Rodrigo-Mendizábal
La literatura fantástica con rasgos góticos fue iniciada en Ecuador por Juan Montalvo hacia 1858. Sus cuentos, dispersos en sus revistas y periódicos, no solo son la demostración de su habilidad de narrar, tomando en cuenta la estética de los cultores del romanticismo oscuro, sino también implican temáticas relacionadas con la realidad del país, en concordancia con el trabajo crítico que realizaba mediante ensayos y declaraciones. Es así como, anclándose en las ideas liberales, y siguiendo el espíritu de un moralista, sus cuentos traducen inquietudes inherentes a la constitución de la nación en momentos en que el conservadurismo imperaba y una tendencia progresista se iba construyendo orientada hacia el cosmopolitismo, pese a los problemas de gobernabilidad. Los cuentos fantásticos de Montalvo, en este sentido, muestran la tensión de nación o barbarie –como paráfrasis de la tesis de civilización o barbarie–, haciendo aparecer seres anómalos o con patologías, hechos relacionados con el horror, espíritus amenazantes, entre otros. Montalvo, situado en la literatura fantástica, hace disección ideológica, satiriza, lleva a que el lector se forme una idea de la realidad, además postula una idea de nación distinta.