Nathalie Peyrebonne
Decir lo cierto, lo verídico, lo bueno, lo falso, lo correcto, lo incorrecto: en eso se empeñan los escritos del Siglo de Oro. Se publican obras destinadas a guiar a los lectores, para evitar que se pierdan («es fácil perderse y cuesta mucho restaurarse»). Se titulan esos textos Espejo, Reloj, Doctrina, Despertador, Menosprecio, Aviso o Desengaño, palabras que pueden cruzarse o sucederse y que proponen de entrada al lector una indicación de tipo genérico. Los términos, por supuesto, distan mucho de ser equivalentes. No se trata aquí de hacer una tipología completa ni un estudio exhaustivo, sino de intentar presentar, a partir de ejemplos, algunos de los rasgos específicos del Desengaño.