María Teresa Chicote Pompanin
Una de las fortificaciones más conocidas del panorama artístico bajomedieval castellano es el castillo de Belmonte, un complejo edificio construido en el tercer cuarto del siglo XV por Juan Pacheco, marqués de Villena y maestre de la Orden de Santiago. Hasta la fecha, muchos de sus espacios han sido estudiados siguiendo las pautas impuestas por los viajeros y escritores románticos, sin prestar atención a sus similitudes y diferencias con otros edificios contemporáneos. Por ello, este trabajo ahonda en la funcionalidad del edificio y establece una relación directa entre las estancias y el discurso visual de sus elementos decorativos, prestando particular atención a la conocida como “capilla”. Tras un estudio de su peculiar estética arbórea y de su complejo programa decorativo, se propone interpretarla como un “salón de linajes” usado para la educación caballeresca y dinástica no solamente destinada a los miembros de la familia, sino también a los hipotéticos visitantes del castillo belmonteño.