Entre los siglos XVI y XVII se produce una transformación en la estética del humor del teatro breve que coincide con una postura ideológica que conducirá paulatinamente a propuestas cómicas cada vez más intolerantes e irreflexivas. A partir de la presencia del recurso cómico metateatral de la creación de una realidad improvisada en obras de Lope de Rueda, Miguel de Cervantes, y Pedro Calderón de la Barca, se propone ahondar en el contexto de la comprensión y sentido ideológico de la evolución del teatro breve clásico en castellano.