Julio Premat
La hipótesis central del artículo es que en las obras literarias y ensayísticas de escritores pueden leerse fragmentos, gestos, series de historia literaria. Es decir que así como hay en ellas modos de pensar la literatura, habría también concepciones específicas, alternativas, y a veces disruptivas, del pasado de las letras. En una primera parte se recorre teóricamente esa idea, tomando como punto de partida un cuento de Andrés Gallardo, “Historia de la literatura”. Se comentan las modalidades y alcances de esos relatos históricos, con referencias a la bibliografía específica francesa y a los casos conocidos de Jorge Luis Borges y de Roberto Bolaño. En la segunda parte se estudia un libro central en los comienzos de Álvaro Bisama, Cien libros chilenos (2008), que desde una mirada fuertemente subjetiva, reseña obras escritas en Chile a lo largo de quinientos años de creación. En oposición a las evaluaciones habituales de la crítica, Bisama esboza allí una visión personal de la tradición, desplaza las líneas dominantes de la historia literaria chilena y sugiere una mirada pesimista sobre la identidad y el pasado de su país. El libro, que integra elementos contraculturales y enfatiza la violencia, los fracasos, las pasiones y los conflictos, resulta ser un ejemplo ilustrativo de la hipótesis inicial.
The central hypothesis of the article is that in literary works, readers find fragments, gestures, and a series of literary histories. Just as there are ways of thinking about literature, there are also specific, alternative, and sometimes disruptive conceptions of the past in literature. In the first part of the paper, this idea is explored theoretically, taking as a starting point a story by Andrés Gallardo, “Historia de la literatura” (History of Literature). The modalities and scope of these historical stories are discussed, with references to a selection of French bibliography and to the well-known cases of Jorge Luis Borges and Roberto Bolaño. The second part studies a central book in Álvaro Bisama’s beginnings, One Hundred Chilean Books (2008), which, from a subjective point of view, reviews a group of books written in Chile over a span of five hundred years. In opposition to common reviews, Bisama outlines a personal vision of tradition, displaces the dominant lines of Chilean literary history and suggests a pessimistic view of his country’s identity and past. The book, which integrates countercultural elements and emphasizes violence, failures, passions and conflicts, turns out to be an illustrative example of the initial hypothesis