Alejandro Melero Salvador
El éxito de numerosos títulos del cine de terror español contemporáneo debe entenderse en el contexto de un género con una larga tradición de arraigo popular. Las películas que se estudian en este artículo, La abuela (Paco Plaza, 2021) y Malasaña 32 (Albert Pintó, 2020), se cuentan entre las más destacadas de esta nueva ola de terror, y presentan rasgos reconocibles para los estudiosos del género. En concreto, ambas recurren a la presentación de personajes queer para, a partir de una representación terrorífica de la otredad, explotar los mecanismos de la homofobia. En este artículo se reconocen estos casos de estudio en la tradición del cine de terror queer español y se analizan las particularidades de estos nuevos ejemplos. Se centra en cómo la representación del cuerpo queer, no normativo y no reproductor, sirve de base para la creación de un nuevo horror. Al mismo tiempo, se analiza cómo estas películas incorporan otras ansiedades de los espectadores contemporáneos, especialmente las causadas por la gentrificación en las grandes ciudades.
The success of recent Spanish horror cinema must be understood in the context of a genre with a long tradition and popular acceptance. The films studied in this article, La abuela (Paco Plaza, 2021) and Malasaña 32 (Albert Pintó, 2020), are among the most remarkable of this new wave, and include recognizable features for horror film scholars. Specifically, both present queer characters and, through a terrifying representation of otherness, exploit the mechanisms of homophobia. This article places these films in the tradition of Spanish queer horror cinema and analyses the particularities of these new contributions. It focuses on how the representation of the queer, non-reproductive and non-normative body serves as the basis for the creation of a new horror. At the same time, it analyses how these films incorporate other contemporary anxieties, especially those caused by gentrification in large cities.