Los atenuantes constituyen recursos lingüísticos imprescindibles para la realización del buen entendimiento y comunicación entre los hablantes, ya que minimizan los posibles malentendidos o conflictos en el marco de la interacción. Su relevancia en los diferentes actos de habla es evidente, si bien en el caso de las opiniones confrontadas su conocimiento parece ser aún más necesario, tanto en cuanto a forma como a uso se refiere, máxime cuando en la conversación intervienen hablantes de diferente lengua y cultura. Por esta razón, la enseñanza y aprendizaje de los elementos atenuantes deben estar presentes en el ámbito de la enseñanza de idiomas.