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, Darío Rojas Gallardo (secret.) , Ulrike Mühlschlegel (voc.) Este trabajo ha explorado la dimensión «género» en la lengua española y su estrecha relación con la categoría «sexo» de la realidad, la cual, a veces, entraría en el código hablado o escrito —o sea, en el lenguaje—, lo que se podría explicar desde la sociolingüística histórica. Así, amparado en conceptos como las «tradiciones discursivas», en estas páginas se propone un análisis del género gramatical en el español de la opinión pública —la prensa— de los siglos XVIII y XIX, por lo que se ha tomado un enfoque diacrónico. Este examen habría sido poco viable de no contar con un nuevo marco metodológico que, propuesto para dicha tarea, rescataría dos conceptos olvidados por el estructuralismo —la «antineutralización» y el «antisincretismo»— con el fin de resolver la perpetua confusión entre la lengua y la realidad designada, por lo que —en este nuevo marco descriptivo— se delimitaron un «universo no genérico» en contraste con un «universo genérico», donde, además, aquellos artilugios —que se inferirían tanto del sistema como del habla— en relación con las injerencias de la categoría «sexo» del espacio extralingüístico, se podrían aplicar a ambos universos, los cuales convivirían dentro del sistema de la lengua. Sin embargo, también en la oralidad los hablantes hallarían conflicto cuando estos dos universos colisionasen, lo que generaría un conjunto de estrategias discursivas capaces de restablecer una concordia lingüística. Así, partiendo de este nuevo enfoque metodológico, se habría planteado la construcción de un corpus basado en aquellos textos periódicos —tanto, de un lado, los de carácter implícito (donde se observaba el uso que del género gramatical los hablantes hacían en diferentes niveles de la lengua), como, de otro lado, los de carácter explícito (donde se observaba el diálogo deliberado de la conciencia lingüística de una época sobre dicha dimensión gramatical)—. Estas declaraciones de la prensa periódica, a su vez, se organizaron de forma sistemática con el objetivo de proponer una muestra representativa de diferentes fenómenos de habla, cuando no de cambios en la lengua. En definitiva, aquí se habría explorado cuándo, cómo y por qué la categoría «sexo» —compuesta de rasgos influidos por la actitud que los hablantes tendrían sobre su objeto lingüístico— supondría una injerencia en el lenguaje, preguntas que, de ser respondidas, podrían explicar, en parte, nuevos mecanismos que sirvieran para indagar asuntos de «conciencia lingüística» sobre la dimensión «género» en la lengua española.
