Una de las constantes de la conversación coloquial es la presencia continuada de relatos de experiencia personal, impactantes o banales, contados por un hablante o por varios, en calidad de relato prototípico, con un clímax determinado, o bien como mera relación encadenada de experiencias. Entre estos y otros rasgos, destaca el empleo del discurso directo o dramatización, forma predilecta de representación de las palabras, pensamientos o incluso de enunciados exhibidos como nunca dichos, que se atribuyen a los eventuales personajes de esas historias pasadas, futuras y aun imaginarias. Esta investigación analiza el uso particular del discurso directo y de la forma verbal "decir" a partir del corpus de español coloquial de Briz y Grupo Val.Es.Co. (2002), fuente privilegiada para el estudio de la conversación espontánea, entre otras razones por la metodología adoptada en la recopilación de datos. Ambos elementos, "decir" y discurso directo, comparecen en las historias cotidianas siguiendo una disposición enunciativa y estructural que parece responder en último término a razones pragmáticas, más allá de la idiosincrasia de los hablantes. Con el fin de describir y explicar su funcionamiento peculiar, se propone una aproximación simultáneamente inductiva y deductiva, basada en la descripción cualitativa de casi 600 intervenciones de discurso reproducido y, al tiempo, organizada y caracterizada, sucesivamente, a partir de las perspectivas gramatical, pragmática y conversacional. Con ello se respeta la propia naturaleza del objeto de estudio, sancionado desde el punto de vista gramatical en el marco de la oración, pero en nuestro corpus materializado como un hecho comunicativo complejo (i.e. polifónico, de metarrepresentación discursiva y de percepción selectiva) o, en último término, como actualización de una conversación recreada. Este recorrido se ha fundamentado en las siguientes aportaciones teóricas: a) el enfoque lexicográfico en torno a "decir" y la visión de las gramáticas sobre el discurso directo; b) la Teoría de la Polifonía de Ducrot (1984) y de la ScaPoLine (Nølke 2004), la Teoría de la Relevancia de Sperber y Wilson (1986) concretada en su visión sobre la metarrepresentación del discurso (Wilson 2000, 2012), y la Teoría de la Pragmática del Receptor (López García 1996; Gallardo 1993, 1996); c) por último, el sistema de unidades de la conversación del Grupo Val.Es.Co. (Briz y Grupo Val.Es.Co. 2003; Grupo Val.Es.Co. 2014). El análisis inductivo del corpus revela que estas formas reconstruyen, mimetizadas, las intervenciones de los personajes del relato como si estas conformaran otra conversación, netamente disociada de la conversación principal que la alberga y, de hecho, posibilita. En tal cometido, "decir" juega un papel primordial como elemento distintivo de los planos de enunciación de ambas conversaciones, de sus participantes (reales en la conversación principal, emulados en el discurso directo), e incluso, de las partes o unidades que estructuran la conversación fingida. Por lo demás, este verbum dicendi, fronterizo en los tres sentidos apuntados, tiende a reflejarse en presente, desde el pasado de la narración, o bien tiende a repetirse por segunda vez en el marco introductor de la cita directa o incluso en el interior de la misma: tiempo presente, repetición y, además, soberanía de la 1ª y 3ª personas del singular, todo ello trasladando al presente una conversación reconstruida, como si transcurriera en el aquí-y-ahora de la conversación en curso. Las anteriores características, contempladas desde el triple punto de vista mencionado, i.e. gramatical, pragmático y conversacional, se traducen en los siguientes resultados sobre "decir" y el discurso directo: a) En primer lugar, pese a la aceptación generalizada de este verbum dicendi como forma transitiva, la lexicografía del español deja entrever en sus apreciaciones otros valores como el intransitivo (Cano Aguilar 1981) y el de “mostrar” (Corominas y Pascual 1955), preconizadores de otro valor, el de partícula discursiva, según parecen evidenciar las propiedades morfosintácticas, semánticas, distribucionales y pragmáticas de esta forma en nuestro corpus. El enfoque conversacional acompaña esta última interpretación, en la medida en que "decir" parece adoptar una función propia de las unidades conversacionales mínimas, i.e. los subactos adyacentes textuales (Grupo Val.Es.Co. 2014), como organizadores del devenir lingüístico, en este caso del salto de plano enunciativo y de las partes de esa nueva conversación emulada. b) En segundo lugar, también el discurso directo se resiste a un tratamiento gramatical anclado en los márgenes de la oración: su proyección enunciativa (i.e. polifónica; Ducrot 1984), su carácter de discurso representado (i.e. metarrepresentación; Wilson 2012), su percepción en un primer plano dibujado en el hic et nunc (López García 1996) y, por fin, su manifestación como una nueva unidad conversacional de proyección máxima, esto es, como un discurso (Grupo Val.Es.Co. 2014), superan dicho marco oracional para instalarse en el ámbito de la conversación. De este modo, "decir" y discurso directo se revelan como procedimiento que, practicando la integración recursiva y jerarquizada de unas conversaciones en el seno de otras, permite con ello la superación de la linealidad constitutiva de nuestro lenguaje, dispuesto sucesivamente, una palabra tras otra: así quedan garantizadas la expresión de nuestra complejidad como sujetos y la posibilidad de reconstruir en el presente otros mundos posibles, los de nuestros relatos cotidianos.