La novela El año del desierto (2005), de Pedro Mairal, se apropia de la literatura argentina desde el momento de su escritura hacia sus orígenes coloniales para revisar, subvertir, releer y cuestionar la historia literaria argentina, fagocitar sus obras canónicas, regurgitar sus lecturas, saboreadas, asentadas y repetidas a lo largo de los años, y devolver una nueva forma de contar la propia identidad, en crisis a partir de los acontecimientos del 2001. Espacio, tiempo, personaje, tema, todo aparece deconstruido a partir de la idea central de la novela: la intemperie arrasa con la civilización, y en esa “involución” los cimientos de la vida argentina se derrumban. Entonces, cabe preguntarse: ¿qué queda cuando ha caído la última pared de una cultura?, ¿dónde se resguarda la identidad en el abismo de la crisis?