La divulgación médica es imprescindible no solo para que la sociedad pueda tomar decisiones sobre temas relacionados con los avances de la medicina, sino también para la educación de la ciudadanía. Sin embargo, en algunas ocasiones, que no son pocas, la divulgación médica cae en manos de personas que no están preparadas profesionalmente para desempeñar esta función; por ejemplo, porque cometen errores de tipo terminológico debido a la falta de instrucción. Por eso es necesaria la formación de periodistas y traductores especializados en divulgación médica. En el presente trabajo, analizamos las dificultades a las que han de hacer frente ambos grupos de profesionales. Para concluir, sugerimos una serie de indicaciones prácticas y explicamos sus implicaciones didácticas para la formación del divulgador médico.