La trayectoria personal y artística de Delmira Agustini constituye una de las expresiones más relevantes de intersección entre nociones de género, estética y experimentación científica que tomaron lugar durante el período intelectual y político del modernismo bispanoamerícano. La presunta excentricidad de Agustini artículó en realidad una centralidad subversiva inherente al proyecto de modernidad del Uruguay de José Batlle y Ordóñez, un proyecto que podría considerarse decadente en la medida en que experimentó opciones, que pretendió poner en práctica ideologías liberadoras y radicalmente transformadoras de una realidad que ostensiblemente se oponía y distanciaba de esas opciones. En este sentido, Delmira Agustini podría considerarse el producto experimental de la probeta batllista, a modo de "Eva futura" dispuesta a ejemplificar la premisa de identidad continental que obsesionaba a los teóricos de las nuevas naciones americanas. A este proyecto se atuvo la autora basta sus consecuencias últimas que coincidieron con la caída del batllismo.