El descontento de Alberti con las formas estéticas y con la organización del campo literario español del momento era compartida por varios poetas jóvenes, entre los cuales José Herrera Petere gozó de un puesto privilegiado en la consideración de Alberti. Alberti dedicaría a José Herrera Petere un poema que no ha sido nunca publicado. El poema se inscribe en una fase de la producción poética de Alberti en la que el recurso a técnicas surrealistas (generación léxica por homofonía, escritura parcialmente automática) sirve para expresar con mayor libertad sus confusos estados de ánimo.