El artículo aplica al poemario Mientras los hombres mueren (1953), escrito por Carmen Conde, la teoría de la visión ginocéntrica elaborada por John Wilcox, la cual señala el espíritu autónomo y autodeterminista de la mujer. Conde ha creado un espacio habitado por una voz poética femenina que se convierte en un documento social ilustrativo de la posición de la mujer durante la Guerra Civil Española. Los poemas revelan la construcción de un espacio discursivo femenino que proyecta la imagen de la mujer como instrumento de paz. Para internalizar las atrocidades bélicas, Conde crea este espacio, en el cual quedan transferidos la pasividad y el silencio que habían marginado y callado a la mujer. La exclusión de lo masculino en este espacio ofrece una revisión del papel útil y constructivo de la mujer que se ha apropiado de su esencia femenina no como defensa, sino como arma de guerra.