Después del éxito de Las bizarrías de Belisa y de La noche de San Juan, de Lope de Vega, estrenadas en los últimos años en Madrid por la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), Eduardo Vasco, actual director de la CNTC, apostó por otra comedia tardía del Fénix, La moza de cántaro, a cargo de un nuevo elenco de jóvenes actores. Una de las particularidades de esta obra ha sido su rica trayectoria de refundiciones desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días. No obstante, Vasco rompe con los modelos de adaptaciones anteriores al rescatarla en su montaje de las deformes interpretaciones populares y referenciales vitrinas en las que se había quedado atrapada desde hace más de ochenta años. Para ello, el director se vale de una innovadora puesta en escena que ensalza ante todo la visibilidad de la palabra poética a través de una "rigurosa creatividad" (textual, escénica y estética) que hace que la obra conecte plenamente con el espectador actual y recupere su vitalidad para la escena contemporánea.