Madrid, España
Este artículo intenta poner de manifiesto la riqueza comunicativa que existe y que puede motivarse en nuestros alumnos con actividades interculturales, más allá de las propias limitaciones de dos lenguas maternas tan diferentes como pueden ser el español y el japonés. Los estudiantes de ambos países y sus diferentes concepciones de entender y proyectar la arquitectura se encuentran con caminos afines donde puede converger su comunicación. Una comunicación que les lleva a un lenguaje universal donde las palabras se convierten en dibujos, metáforas visuales y expresivas que fluyen de una forma natural e inconsciente y que les aproxima para realizar un estudio de intervenciones arquitectónicas. Una experiencia docente motivadora y fructífera para los alumnos y los profesores.