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Aunque un vistazo superficial de Érase una vez (Moix, 1985) quizá le da a entender que este cuento es una crítica feminista de la represión de la sociedad patriarcal tradicional, un estudio más detallado revela que ambos géneros están atrapados en un mundo posmoderno de mimetismo repetitivo y paródico impuesto por un lector que puede cambiar la vida de cualquier personaje como quiera. Este lector, entonces, llega a ser un catalizador de la narrativa, controlando y convirtiendo a los personajes de Érase una vez en interpretaciones paródicas de ambas sociedades y literaturas anteriores y contemporáneas.
De una manera bien relevadora, el cuento de hadas posmoderno y post-franquista �tal como lo presenta Moix� ha vuelto al punto de partida, permitiendo que el proceso creador genere un paradigma nuevo de «fueron felices y comieron perdices
Although an initial, superficial, view of Érase una vez (Moix, 1985) might lead one to believe this short story to be a feminist criticism of the traditional patriarchal society of repression, a closer examination reveals that both genders are trapped in a postmodern world of repetitive and parodic mimeticism imposed by a reader who is at free will to change the characters� life story. This reader, then, becomes a narrative catalyst, controlling and converting the characters of Érase una vez into parodic interpretations of both former and contemporary society and literature. In a revealing fashion, the postmodern and post-Franco Spanish fairy tale �as presented by Moix� has come full circle, allowing the creative process to generate a new paradigm of «happily ever after».
