En este trabajo se propone identifi car y contrastar tres visiones de (y ante) la modernidad venezolana, vistas en (y desde) el campo cultural, artístico y poético en particular, así como sus complejas formas de relación con el singular y acelerado proceso de transformación de las ciudades y de la vida urbana derivado de la ingente renta petrolera obtenida en buena parte del siglo XX y del actual. La primera de ellas, fundamentalmente reactiva, ve en dichas transformaciones un proceso de destrucción, enajenación y neocolonialismo, y reclama la preservación de lo originario e identitario ante las amenazas de lo extranjerizante; la segunda, afín a la idea de progreso en el sentido de avance y mejoría material y económica, intenta una puesta al día con tendencias cosmopolitas y siente atracción por la ciudad como espacio prospectivo, dinámico y cambiante; y una tercera, de algún modo conciliadora de las anteriores, iconizada en la fi gura del pintor Armando Reverón, disuelve las tensiones entre lo local y universal y le asigna a la obra un estatuto artístico en tanto sea capaz de confi gurar una creación original en la que coexistan, aunque sin propósito programático, la novedad y el legado de la tradición
This paper seeks to identify and contrast three visions of (and relating to) Venezuelan modernity, seen within (and from) the cultural, artistic, and poetic fi eld in particular, along with their complex forms of relationship with the unique and accelerated transformation of cities and urban life resulting from the massive infl ux of oil money obtained during much of the twentieth and twenty-fi rst centuries.
The fi rst of them, fundamentally reactive, sees in such transformations a process of destruction, alienation, and neocolonialism, and demands the preservation of originality and identity in the face of threats of foreignization. The second, linked to the idea of progress in the sense of material and economic advancement and improvement, suggests a need to upgrade through cosmopolitan tendencies and feels attracted to the city as a prospective, dynamic, and changing space. The third, somehow mediating between the other two and iconized in the fi gure of the painter Armando Reverón, dissolves tensions between the local and the universal and ascribes an artistic statute to his work, derived from his ability to confi gure an original body of work in which novelty and the legacy of tradition coexist, albeit with no programmatic purpose