Castellón, España
Presentamos nuestra experiencia enseñando una lengua eslava –el checo– en la Universidad de Valencia, usando el catalán como lengua de apoyo. Cuando un hablante románico aprende checo se enfrenta a retos como los casos morfológicos, la riqueza fonológica y un repertorio léxico que tiene escasos puntos de contacto con las lenguas latinas. La persona que enseña tiene que encontrar estrategias para que el aprendizaje sea motivador y eficiente.