Estados Unidos
El miedo a la sanción pública o a sentirse rechazado provoca en no pocas ocasiones una angustiosa preocupación que, a menudo, resulta dolorosa. Este sentimiento, causado por lo que hoy en día entendemos como «vergüenza», no es otra cosa que el temor a perder el honor, a perder la reputación que uno tiene en sociedad. El honor y la vergüenza son dos valores morales recíprocos que representan la integración del individuo en un colectivo determinado. Pero ¿qué ocurre cuando todo pudor, toda vergüenza, desaparece? ¿Qué ocurre cuando queda prohibida la propia prohibición? La presión de la opinión pública y sus leyes no escritas en la España de la temprana Edad Moderna es uno de los temas centrales de la novela picaresca, en general, y del Lazarillo, en particular. El presente artículo examina la dualidad psicológica entre las figuras de Lázaro y el escudero en el «Tratado tercero» de esta obra, y evidencia su crítica a un mundo donde la opinión pública y la presión social actúan como laberintos complejos y opresivos, cuya única escapatoria es estar fuera del orden preestablecido
The fear of rejection or the prospect of facing public disapproval often leads to distressing concerns that can be agonizing. This sentiment, also understood as “shame,” is essentially the apprehension of losing one’s honor and reputation within society. Honor and shame are reciprocal moral values that signify the assimilation of an individual into a particular collective. But what happens when all modesty, all shame, disappears? What happens when prohibition itself is prohibited? The impact of public opinion and its unwritten rules in early modern Spain is a recurring theme in picaresque novels, and it is particularly evident in Lazarillo. This article explores the psychological duality between the characters of Lázaro and the squire in the third chapter of this work, showcasing their critique of a world where public opinion and societal pressures function as intricate and oppressive mazes. It demonstrates that the only means of escape from this confinement lies beyond the boundaries of the established order