Diez investigadores demuestran en este volumen que el siglo XVIII es clave, en la diacronía de la lengua española y de sus variedades diatópicas. Esta nueva mirada sobre el español dieciochesco se funda en dos hechos, principalmente: la exploración de corpus documentales novedosos y el análisis de cambios lingüísticos, en perspectiva variacionista. Con estos postulados, se describen procesos evolutivos fonéticos, morfosintácticos y léxicos, fechados en el siglo XVIII. Todos ellos suponen una significativa contribución a la historia del primer español moderno.